Terapia para Adultos
Las personas en edad adulta pueden presentar diferentes problemáticas y
requieren, igual que en cualquier otra edad, una evaluación previa que
detecte los factores de origen del problema, así como los factores que lo
mantienen, y en función de estos resultados, establecer un proceso de
intervención apropiado e individual que podemos diseñar en conjunto,
para ayudarte a manejar de forma diferente las dificultades.
Razones para la terapia de adultos
Problemas o trastornos de ansiedad
Mi experiencia con personas con problemas o trastornos de ansiedad me ayuda a entender la gran dificultad que presentan estas personas para manejar la incertidumbre, así como un pensamiento centrado en la anticipación de situaciones negativas, así no tengan mayor prueba de esto. Muchas veces presentan una gran intolerancia para manejar síntomas molestos como la sudoración, la taquicardia, o la dificultad para respirar que muchas veces acompañan a estas personas y son producto de su mismo problema.
Depresión
Las personas con depresión que he atendido en mi práctica clínica muchas veces presentan sentimientos de vacío, de abandono y de apatía. Las invade un sentimiento de aburrición por cualquier actividad y una enorme dificultad para emprender cualquier cosa nueva. Siempre le encuentran un “pero” a la mayoría de las propuestas que se les haga. También necesitan un alto grado de empatía y compromiso, ya que motivarlas no es una tarea fácil. Aquellas personas que han sufrido un evento negativo muy impactante en su vida y no han logrado reprocesarlo de tal manera que puedan verlo como algo que “ya pasó”, con el paso del tiempo desarrollar una depresión que puede convertirse en algo crónico que deteriora su estilo de vida.
Trauma y eventos traumáticos
Trauma y Eventos traumáticos. La palabra “trauma” ha tenido la
particularidad de sonar peyorativa en muchos contextos psicológicos.
Sin embargo, en los últimos años el término ha recuperado su
verdadero significado en psicología. Evidentemente la investigación
nos habla de que, como resultado de eventos altamente estresantes y
con gran contenido emocional, las personas pueden resultar con un
Trastorno de Estrés Postraumático o un Trastorno de Estrés
Agudo. Este tipo de experiencias no perdona edad. Y tiene
consecuencias impredecibles en los niños y los adolescentes.
Eventos estresantes, recientes y continuos
Todos hemos tenido momentos de estrés y épocas difíciles de pasar por la gran carga de estrés que nos impide ver las cosas claras. Pero hay personas, que he visto en mi práctica, quienes han tenido uno, dos, tres y más eventos estresantes casi simultáneamente. No se han recuperado de uno, cuando les viene otro y así sucesivamente. He aprendido que a estas personas hay que brindarles un alivio para que logren continuar con su vida. Afortunadamente hay procedimientos para reducir el estrés continuo y esto les permite no “acumular” estrés negativo.